La Finca de Buen Orden
AtrásLa Finca de Buen Orden se presenta como una propuesta de alojamiento rural que va más allá de una simple estadía; es una invitación a desconectar del ritmo moderno para sumergirse en la cadencia de la vida de campo mendocina. No se trata de un hotel convencional, sino de una casona con historia, un refugio donde el principal lujo es la tranquilidad. Su propuesta se centra en el concepto de "slow-life", atrayendo a un perfil de viajero muy específico que valora la autenticidad y el carácter por encima de las comodidades estandarizadas. Sin embargo, como toda experiencia con una fuerte personalidad, presenta tanto aspectos que enamoran a sus huéspedes como detalles prácticos que es fundamental considerar antes de realizar una reserva de hotel.
El Encanto de un Pasado Restaurado
El corazón de la propuesta es su casona, una construcción que data de la década de 1940. Tras un período de abandono, fue recuperada en 2008, conservando su arquitectura rural original de muros anchos, techos de caña y madera, y una decoración que evoca la vida de principios del siglo XX. Los huéspedes describen la sensación de estar en un lugar "detenido en el tiempo" o "como en un museo", gracias a los muebles de época y la atmósfera general que se respira. Este hospedaje con encanto se encuentra en una finca de 18 hectáreas con viñedos y frutales, rodeado de un parque poblado por eucaliptos centenarios, un particular bosque de chañares y un jardín de cactus.
La experiencia se complementa con amplios espacios exteriores pensados para el descanso. Dispone de una gran piscina, descrita por los visitantes como "increíble" y perfecta para reponer energías. Además, cuenta con un quincho tradicional, churrasquera y horno de barro, instalaciones que invitan a disfrutar de la gastronomía local al aire libre. Para quienes buscan una escapada de fin de semana o unas vacaciones más largas, estos espacios ofrecen un entorno ideal para la relajación, la lectura o simplemente disfrutar del sonido de las aves y la naturaleza.
Atención Personalizada: El Factor Humano
Uno de los puntos más destacados de forma consistente en las valoraciones de los huéspedes es la calidad del servicio. La atención, a menudo liderada por Luis y Susana, es descrita como cálida, amable y excepcionalmente predispuesta. Comentarios como "la amabilidad de las personas que te atienden no tiene nombre" o "Luis, excepcional, siempre tratando de dar lo mejor" se repiten, sugiriendo que el trato va más allá de la simple hospitalidad para crear un ambiente familiar y acogedor. Este factor humano es, sin duda, uno de los pilares de la experiencia en La Finca y un diferenciador clave frente a otros hoteles en Mendoza.
Comodidades y Espacios Interiores
Las habitaciones son amplias y, según varios testimonios, cuentan con baños privados completamente refaccionados, un detalle importante que combina el estilo rústico de la casa con una comodidad moderna esencial. La limpieza general de las instalaciones también recibe elogios, siendo calificada como "impecable". Además del descanso privado, la finca fomenta la convivencia a través de sus áreas comunes. Una cocina totalmente equipada está a disposición de los huéspedes, permitiendo que quienes lo deseen puedan preparar sus propias comidas. Esta flexibilidad es ideal para un viaje en familia o para estancias prolongadas, brindando una sensación hogareña que muchos viajeros aprecian.
Aspectos a Considerar: La Realidad de un Alojamiento Histórico
Si bien el carácter histórico de la finca es su mayor atractivo, también es la fuente de sus principales debilidades. La autenticidad de una construcción antigua a veces implica ciertos compromisos en cuanto a las comodidades modernas. Este es un punto crucial que los potenciales clientes deben sopesar. Las calificaciones de los usuarios en diversas plataformas, aunque positivas en general, suelen mostrar puntuaciones más bajas en categorías como "Confort" e "Instalaciones y servicios" en comparación con "Personal" o "Ubicación".
Una crítica específica y muy relevante apunta a problemas de mantenimiento que pueden afectar la calidad del descanso. Un huésped mencionó la necesidad "urgente" de reparar los ventiladores de techo, cuyo ruido en la habitación resultaba "insoportable". Para un lugar que vende paz y tranquilidad, este es un detalle significativo que no debe pasarse por alto, especialmente para personas con el sueño ligero.
Otro punto de fricción se encuentra en los servicios del hotel compartidos. La cocina, aunque bien equipada, cuenta con una heladera que ha sido descrita como "muy chica para compartir" y, en una ocasión, "no estaba limpia". Este tipo de inconvenientes, aunque puedan parecer menores, pueden generar incomodidad cuando la casa tiene una ocupación alta, afectando la experiencia de quienes dependen de este espacio para almacenar y preparar sus alimentos.
¿Es Este el Lugar Adecuado Para Ti?
La Finca de Buen Orden no es para todos, y ahí reside parte de su honestidad. Es el lugar para alojarse perfecto para un tipo de viajero que busca activamente una experiencia auténtica y está dispuesto a aceptar las peculiaridades de un edificio con cien años de historia. Es ideal para:
Por otro lado, probablemente no sea la mejor opción para quienes priorizan el lujo moderno, la perfección técnica y los servicios impersonales de una gran cadena hotelera. Si la idea de un ventilador ruidoso, una nevera compartida o cualquier pequeño desperfecto propio de una casa antigua puede arruinar tu estadía, es posible que otros hoteles y alojamientos se ajusten mejor a tus expectativas.
En definitiva, La Finca de Buen Orden ofrece una propuesta de valor clara y bien definida. Es un refugio con alma, donde la calidez de su gente y la belleza de su entorno histórico y natural compensan con creces las posibles imperfecciones de sus instalaciones. Es una elección consciente por una forma de viajar más lenta y conectada, una verdadera inmersión en la cultura y el paisaje de Mendoza.